25 de mayo de 2018 à 10:11
Los niños aprenden lo que viven
A veces, decimos "de donde ha salido este niño/a...", "Este no es mío/a...", "Habrá salido a la familia del padre/madre, yo no soy así...". Pero realmente, ¿que lleva a un niño/a a comportarse de una manera u otra?
La escritora estadounidense y consejera familiar Dorothy L. Nolte, lo venía así, en el año 1954, cuando publico en su columna familiar semanal en The Torrance Herald, sobre la crianza de los hijos, titulada "Los niños aprenden lo que viven"
Los niños aprenden lo que viven
Si los niños conviven con las críticas,
aprenden a condenar.
Si los niños conviven con la hostilidad,
aprenden a pelear.
Si los niños conviven con el miedo,
aprenden a ser cobardes.
Si los niños conviven con la compasión,
aprenden a compadecerse de sí mismos.
Si los niños conviven con el ridículo,
aprenden a ser tímidos.
Si los niños conviven con los celos,
aprenden lo que es la envidia.
Si los niños conviven con la vergüenza,
aprenden a sentirse culpables.
Si los niños conviven con la tolerancia,
aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con el estímulo
aprenden a estar seguros de sí.
Si los niños conviven con el elogio,
aprenden a gustarse a sí mismos.
Si los niños conviven con la aceptación,
aprenden a encontrar amor en el mundo.
Si los niños conviven con el reconocimiento,
aprenden a tener un objetivo.
Si los niños conviven con la generosidad,
aprenden a ser generosos.
Si los niños conviven con la sinceridad y el equilibrio,
aprenden lo que son la verdad y la justicia.
Si los niños conviven con la seguridad,
aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños conviven con la amistad,
aprenden que el mundo es un bello lugar donde vivir.
Si los niños conviven con la serenidad,
aprenden a tener paz mental.
¿Con qué están conviviendo tus hijos?
Si somos capaces de contestar esta pregunta, las del principio del artículo sobrarán. No busques las respuestas, donde no las podrás encontrar...
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